lunes, 9 de agosto de 2010

José María Díez-Alegría

Hace unas semanas murió José María Díez-Alegría, jesuita que vivió su fe desde el compromiso con los pobres, con los marginados, con la radicalidad con la que se ha dejado de escuchar el evangelio.

Aquella noticia me llegó de una persona a la que tengo por una de mis mejores fuentes de inspiración y ejemplo, así que enseguida me puse en alerta. Admito que había oído poco sobre él y, desde luego, no tenía mucha idea sobre su pensamiento, su acción y su vida.

Pero algo me dijo que iba a ser una buena idea acercarme ahora. Y, de pronto, recibo en mi correo electrónico dos libros digitales de Díez-Alegría.

Aunque sospecho que sigo sin saber casi nada sobre todo el edificio filosófico, espiritual y de pensamiento y compromiso con Dios de Díez-Alegría he leído uno de ellos (Teología: en broma y en serio) en el que repasa con una libertad y un finísimo sentido crítico las "grandes afirmaciones" de la iglesia: la libertad, la obediencia, la mujer, la estructura eclesial, el sexo, las leyes canónicas, la figura de Jesús...

Me he quedado pasmada. He encontrado en sus palabras la voz que yo he buscado en esta iglesia y que no había encontrado... hasta que la encontré. Y, ahora, veo que hay mucho más, que hay muchas personas que necesitan darle la vuelta a la situación, que necesitan moverse y denunciar. Personas que levantan la voz diciendo "no era ésto, no era ésto". Que no se callan aunque no les quieran oir. Ahora estoy leyendo otro libro suyo (Yo creo en la esperanza) y sigue siendo de lo más alimenticio.

Después de muchos meses sin retornar a este interior, que sigue luminoso y con unas reformas que están aguantando bien el tiempo, os invito a entrar y que curioseéis por él. Yo misma sigo sorprendiéndome de sus rincones. Ahora también de su biblioteca, que se enriquece sin duda con las obras de Diez-Alegría.