tag:blogger.com,1999:blog-53135865252597980912024-03-05T13:23:26.480+01:00Interior luminoso y reformadoIsabelhttp://www.blogger.com/profile/06117834958050926783noreply@blogger.comBlogger39125tag:blogger.com,1999:blog-5313586525259798091.post-48824113839043751172023-02-02T20:08:00.003+01:002023-02-02T20:08:52.532+01:00Capítulos que se abren y capítulos que se cierran<div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEircGrK6kIF8KZpKNygO-AtUjUzpX1YXmOCqzpjMb-tyd9a2zyZxWtXpxJmTO_BEpYW_HAcl4Zx14zSdMRPgb3Av8J9meoJPEABEMFD-Ta91pAdBUVgx5HSNqBYBWzgRBIErN9zUn3gc5lKyTh9X6oXvibADScDW9rX1c6I-qWuGrE0AdK-9h8dhilf/s299/mujer%20escribiendo.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em; text-align: left;"><img border="0" data-original-height="299" data-original-width="236" height="259" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEircGrK6kIF8KZpKNygO-AtUjUzpX1YXmOCqzpjMb-tyd9a2zyZxWtXpxJmTO_BEpYW_HAcl4Zx14zSdMRPgb3Av8J9meoJPEABEMFD-Ta91pAdBUVgx5HSNqBYBWzgRBIErN9zUn3gc5lKyTh9X6oXvibADScDW9rX1c6I-qWuGrE0AdK-9h8dhilf/w204-h259/mujer%20escribiendo.jpg" width="204" /></a></div>Dos de febrero de dos mil veintitrés. Con el pelo aún húmedo de la ducha, me siento a escribir.</div><p></p><p></p>Lo he hecho ya unas cuantas veces en estos últimos quince años. Soy yo. Y no soy ya la misma. <p></p><p>Alguien me dijo una vez que el libro de nuestra vida abre un nuevo capítulo cada diez años. Y lo pienso, recorriendo mi propia biografía, y creo que así es. Es fácil identificar esos capítulos que van construyendo nuestra historia cuando una mira hacia atrás. Lo complicado es darse cuenta <i>en el justo momento </i>en que cambias de capítulo. En ese preciso instante donde aún es difícil determinar si estás ante un cambio menor, o realmente es un momento crítico, un punto de no retorno en tu vida. </p><p>Pues eso es lo que me ha sucedido a mi. De pronto, toda mi vida se tambaleó en todos los órdenes: mis hijos volaban; mi casa de siempre, ese lugar que ha visto a tus hijos crecer, del que conoces los rincones, los ratos de sol, las corrientes, los olores... podía dejar de serlo; mi trabajo, donde me había desempeñado en los últimos quince años con mucho acierto, estaba en peligro... En realidad, era todo lo que quedaba en pie. Sentía físicamente disolverse el suelo que me sostenía. </p><p>Después de tanto vivido, de caerme mil y una veces, de levantarme otras tantas, cuando ya me merecía cierta certidumbre sobre mi futuro, todo se venía abajo y tenía que tomar decisiones importantes.</p><p>Y, en ese momento, me acordé de ese aforismo que, de tan manoseado, apetece no mencionarlo. Aquella idea de que en nosequé cultura, creo que la china, la palabra que designa el concepto 'crisis' es la misma que se utiliza para 'oportunidad'. La primera vez me llamó mucho la atención. Los orientales tienen siempre una frase poderosa para cada vicisitud de la vida. Después de escucharla hasta la saciedad, ya no me hace tanta gracia. Pero la cuestión es que la recordé en medio de aquel terremoto de desgracias. Y decidí hacerla mía. Decidí que, costase lo que costase, yo me levantaría de la lona y lo haría como siempre, habiendo subido un peldaño más, habiendo crecido, habiendo hecho de la dificultad, un triunfo personal. </p><p>Cosas pasaron. Hoy sigo aquí, en mi casa. En mi hogar. Y, como siempre he querido hacer, le he dado un lavado importante. Con mis manos. Y con mucha calidad, debo decir. He aprendido mil oficios y he hecho de ella un lugar muy luminoso y muy a mi gusto, acogedor y mío. </p><p>He cambiado de trabajo. Aprovechando la pandemia, me despidieron. Ahora estoy donde siempre quise estar. Entre libros, entre cultura, en un lugar maravilloso, en mi Ítaca. Ganado con enorme esfuerzo, tesón, trabajo y disciplina. A mi manera. Como todo lo importante que he conseguido en mi vida. Mi segundo apellido es 'pertinaz'. Me incorporaré en un plazo breve, quizá tres o cuatro semanas. Y estoy deseando hacerlo. </p><p>Mis hijos han volado, pero solo a medias. Así que mi papel de madre ahora se tiñe de abuela porque les recibo como solo las abuelas bonitas lo hacen. Hemos redefinido en algunos términos la relación. Ahora discutimos menos y trato de agradarles más. Ellos, como buenos hijos, miran más hacia sí que hacia mí. Como hemos hecho todos, sin apenas darnos cuenta: la vida está ahí para nosotros. Y priorizamos gozarla. Pero sé que están y que estarán. </p><p>Ahora miro hacia atrás y me digo: "sí; fue en ese preciso momento cuando pasé la última página del capítulo para empezar uno nuevo". No sé a dónde me llevará. Pero empieza muy bien. Y me siento satisfecha, orgullosa y soy mejor. Mi interior es más luminoso y, definitivamente, ha pasado por una reforma integral. </p><p>Así que aquí estoy. La misma de siempre y tan distinta a la de hace quince años. Si no fuera porque se trata de otra fase manoseada hasta el infinito, diría que el Ave Fénix ha vuelto a resurgir de sus cenizas. </p><p>Y, aunque por aquí ya solo quedo yo, quiero lanzar mi felicidad y el orgullo de mi misma al éter. Para el que pase por aquí o para mí. Aunque sea solo para que pueda seguir volviendo a este Interior Luminoso y Reformado y no perder el hilo de mi vida y de cada uno de sus capítulos. </p><p>Que ustedes disfruten de su vida muchísimo, sea cual sea el capítulo en el que se encuentren. </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><br /><br /><p><br /></p>Isabelhttp://www.blogger.com/profile/06117834958050926783noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5313586525259798091.post-82341945609163607912018-07-02T16:10:00.002+02:002018-07-02T16:29:17.028+02:00Otro lugar, el mismo lugar<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEisnCjfjDsX6QrZHdfN0MhSqRdEq0cy4m88mXrWNBAbIVG9WbyDdrs3iQ13sHg8eSjEtHstH9OSWMISJMXqPNxI_F1ZjLCbfPhRxyPsOpvoFAtKTmERCga_kRXaUXI6y3G1yGp5axSHaZo/s1600/Sin+t%25C3%25ADtulo.png" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="369" data-original-width="545" height="216" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEisnCjfjDsX6QrZHdfN0MhSqRdEq0cy4m88mXrWNBAbIVG9WbyDdrs3iQ13sHg8eSjEtHstH9OSWMISJMXqPNxI_F1ZjLCbfPhRxyPsOpvoFAtKTmERCga_kRXaUXI6y3G1yGp5axSHaZo/s320/Sin+t%25C3%25ADtulo.png" width="320" /></a>He vuelto a mi interior luminoso y reformado con la cautela de quien regresa a una casa en la que vivió de niño. Sin saber muy bien si está deseando entrar o, en realidad, desea salir corriendo en dirección contraria.<br />
Pero me decido y entro. Y lo primero que me estremece es darme cuenta de que fue hace casi nueve años cuando entré por primera vez en él. ¡Nueve años! ¿Es posible?<br />
Tengo una extraña sensación, que por un lado me atrae y por el otro me repele, de que mi vida nunca va a entrar en velocidad de crucero. Hace nueve años que decidí hacerme con este interior luminoso y reformado porque anhelaba un refugio donde iniciar una nueva vida e inaugurar, por fin, la estabilidad vital.<br />
Unos años después cerré su puerta y me fui hacia otro lugar, con la ilusión de quien sale de su casa para encontrar por fin ese lugar donde establecerse. Hoy, casi una década después, regreso de visita. Recuerdo haber pasado por aquí hace dos o tres años, de visita, con la curiosidad del turista, que pasa sin detenerse. Todo seguía tal y como lo había dejado y tanta quietud me hizo darme cuenta de que yo había cambiado mucho, por el contrario.<br />
En el día de hoy, he venido buscando algo, aunque no sé muy bien qué. Dos años después de aquella rápida visita, regreso de nuevo echando de menos esa intimidad que este interior me daba y que ahora echo de menos.<br />
Soy otra en casi todo, menos en la necesidad de refugio interior. Mi vida sigue siendo una historia sin tregua, un relato que no deja espacio para el aburrimiento. Pero yo, sin embargo, anhelo esa luz tibia, calma, suave. Ese pasar el tiempo en silencio sin que nada pase. Y me acuerdo de este lugar. Siempre volver.<br />
Y me doy cuenta, como sucedió en mi última visita, que todo está igual, pero todo es diferente. El silencio me revela que ya no tengo vecinos. Se marchó la estudiante que me entretenía con sus preciosos cuentos y su entusiasmo juvenil. Se marchó el vecino con el que pude compartir alguna tarde de conversaciones y confesiones, que se alargaban hasta bien entrada la noche y que nos aliviaban nuestras respectivas penas. Se marcharon todos. Y se marcharon también las visitas de un día, desalentadas por el progresivo abandono de todo el vecindario.<br />
Y ahora, siento como si fuera una superviviente de aquella época y me pregunto dónde estará cada uno de ellos. Paseo por la escalera por la que antes trasegaban unos y otros, deteniéndose en los pisos y charlando cada cual según su forma, los de los exteriores a voces, unos días más risueños y otros menos; y los de los interiores, como yo, despacio y en sosiego.<br />
Hoy decido hacer de este interior mi lugar de descanso. Quiero desempolvar los muebles y recuperar parte de aquella época. Quiero venir de cuando en cuando a pasar una tarde, una noche. Pero yo sola.<br />
Aquí estaré, a ratos, en momentos, según.<br />
Es mi lugar secreto. Mi refugio. Mi descanso. Es mi interior y me gusta que siga así, luminoso y reformado.Isabelhttp://www.blogger.com/profile/06117834958050926783noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5313586525259798091.post-18966886156339827422017-09-16T00:13:00.000+02:002018-07-02T16:27:05.591+02:00Asomarse al vacío <a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiFjn6QjFNwEfE9olS4BGAtxg9FA7hXXkOl5fZJ6g1v9WtRah8nG_OlWeOT8qhf23Xl33y1H6RoK_C39Ylr5iGxBeu7rSzgaUFLKNOFU0kOYBZK0eTcoHDCKJJ1OQUUydX4TClgA8KrmA0/s1600/ireland-2530238_640.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="427" data-original-width="640" height="133" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiFjn6QjFNwEfE9olS4BGAtxg9FA7hXXkOl5fZJ6g1v9WtRah8nG_OlWeOT8qhf23Xl33y1H6RoK_C39Ylr5iGxBeu7rSzgaUFLKNOFU0kOYBZK0eTcoHDCKJJ1OQUUydX4TClgA8KrmA0/s200/ireland-2530238_640.jpg" width="200" /></a>Esta tarde no quería que llegará la noche. No. Pensaba "la noche me hará estar más triste y lo oscuro envolverá todo lo que piense y todo lo que sienta".<br />
Es cierto que suelo ponérselo fácil. Me acurruco en el sofá, me hago pequeña, frágil, me dejo acompañar de una música melancólica - hoy ha sido el adagio para cuerda de Barber- y mi tristeza empieza a desbordarse.<br />
Ya es la noche. Cierro la puerta de la calle, sólo Barber y el silencio de mis pensamientos en deriva.<br />
Sólo la noche sabrá cuál es el motivo de mi pena. Cómo un encuentro fortuito y algo que nunca sucedió me han dejado malherida. Y sé que es lo mejor que me ha podido pasar en las últimas semanas.<br />
Esta es la noche de haber caminado por el borde del acantilado y haber sido rescatada en el justo momento en que perdía pie.<br />
Por eso me siento triste. Por no haber sido capaz de alejarme del acantilado por mi misma. Por haber dado el paso en la dirección más peligrosa. Porque, al final, estoy salvada por quien podría haberme empujado al abismo.<br />
Sé, querido lector, siempre tan inteligente y despierto, que sabes de lo que hablo.<br />
Que, al igual que yo misma, te habrás sorprendido al saberme paseando por semejante y peligroso lugar.<br />
Pero necesito tu comprensión porque es de noche y está noche no podría manejar más tristeza.<br />
Mi interior hoy está oscuro.<br />
Mañana será otro día.<br />
<br />Isabelhttp://www.blogger.com/profile/06117834958050926783noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5313586525259798091.post-75164454869985438812014-11-14T23:22:00.000+01:002014-11-14T23:22:03.490+01:00Volver<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgidUkxIC3Q5Jy79DWTQdPW4q4mtyGekqeacILzjaUOAEgBNhRgIksWL2mO3gjSn6wxDSBfa801VVDcIZRqlxqx0EoaOOOT_3VYMcacdUwfSU_OI2-lkgpBxQUA8r0g9TPsNjsz6KTMI7M/s1600/camasVacias.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgidUkxIC3Q5Jy79DWTQdPW4q4mtyGekqeacILzjaUOAEgBNhRgIksWL2mO3gjSn6wxDSBfa801VVDcIZRqlxqx0EoaOOOT_3VYMcacdUwfSU_OI2-lkgpBxQUA8r0g9TPsNjsz6KTMI7M/s1600/camasVacias.jpg" height="150" width="200" /></a>Una mezcla extraña de emociones y sentimientos, que van de la nostalgia a la ilusión, y de la curiosidad al miedo, es lo que siento en este preciso momento en que he girado la llave que abre de nuevo la puerta de mi interior.<br />
Casi conteniendo la respiración, he vuelto a recorrer todas sus estancias, sus rincones, me he detenido a observar cada detalle, espacios que en otro tiempo pasaban inadvertidos para mí, acostumbrada yo a ellos y ellos a mí.<br />
Hoy he pasado por delante de este interior, luminoso y reformado y he sentido la necesidad de entrar.<br />
Me detengo a cada paso, cierro mis ojos y escucho el silencio. Busco algo que me haga sentir en casa, pero no lo encuentro.<br />
¿Cómo puede ser? ¿Tanto ha cambiado? Quiero levantar las persianas, abrir las cortinas, desempolvar los muebles. ¡Quiero encontrar mi interior como yo lo dejé! ¿Era este su olor?<br />
No me ubico, me muevo por las salas, busco un detalle que me ancle a mis recuerdos. Estoy nerviosa. Quizá no debí regresar. Volver no es siempre la mejor opción.<br />
¿Quién ha cambiado? ¿Es este interior, luminoso como era, reformado como estaba? ¿O acaso soy yo, que no soy la misma que lo habitaba hace unos años?<br />
Mis queridos lectores, si es que alguno hay aún. Un día abandoné este interior porque encontré más luz fuera que dentro. Salí de mi refugio. Salí para encontrarme con la vida. Para bañarme en la calidez de la luz del sol y para empaparme de la lluvia, para correr, para reir, para caer y para levantarme. Y, créanme, fue un acierto.<br />
Ni siquiera me despedí de ustedes. Salí de puntillas, cerré la puerta tras de mí y ni siquiera volví la mirada una última vez hacia este interior que tan importante fue en mi vida. Que fue mi refugio y mi bálsamo, que me acogió y me acunó cuando estaba cansada y malherida. Un interior que fraguó bonitas historias entre sus paredes. Me marché un buen día, sin ser siquiera consciente de lo mucho que habría de pasar antes de regresar.<br />
Y ahora que he vuelto, busco lo que ya no está. Este lugar es el mismo, en realidad. Pero yo soy otra. Y nunca volveré a ser la misma persona que un día levantó estas mismas persianas, descorrió estas mismas cortinas, desempolvó estos mismos muebles.<br />
Pero he sentido la necesidad de volver. Quería ser consciente de lo que había habido y del camino que he recorrido después.<br />
Ahora ya estoy más serena. Me reconcilio con sus paredes silenciosas, con sus rincones ajenos ya a mí. Los observo y me observan. Parece que estemos llegando a un acuerdo. Camino ahora despacio, me apoyo en una puerta, recorro con mi mano la superficie polvorienta de una mesa, acaricio un almohadón donde ayer me recostaba, segura y tranquila. ¿Cuánto de aquella persona queda en mí?<br />
Queridos lectores, perdónenme. Quizá debiera empezar por las explicaciones. Por los porqués y los cómos.<br />
Y lo haré. Poco a poco. Supongo que un regreso así invita a mirar hacia atrás, a deshacer el camino y comprender el proceso. A hacer balance. Sí. Quizá deba hacerlo. Por ustedes y por mí.<br />
Este interior permanece. Soy yo la que no le pertenece ya. Pero me agrada venir y ser ahora una visitante. Es una sensación extraña, pero me gusta. Creo que necesito volver de cuando en cuando.<br />
Regresar a mi interior, luminoso y reformado, como quien pone en su día un momento para el reposo, para la reflexión, para la meditación.<br />
Eso es, regresaré aquí de cuando en cuando. Volveré a este interior luminoso y reformado, que tanto me ha dado para devolverle todo su protagonismo. Para fundir en él ese tiempo que fue y este tiempo que está siendo.<br />
Se lo prometo a ustedes y me lo prometo a mí. Y aunque ya no quede un solo lector, yo estaré. Se lo debo a este lugar, a este espacio que un día descubrí, que fui desvelando y llenando de luz, para recuperar lo bueno y para fundirlo con mi ser hoy.<br />
Bienvenida a casa.<br />
<br />
<br />Isabelhttp://www.blogger.com/profile/06117834958050926783noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-5313586525259798091.post-59476503909406925602010-08-09T16:09:00.005+02:002013-10-30T19:22:13.004+01:00José María Díez-Alegría<div>
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgC_x-Dfl-vghprOppnSTIyo0EGu4JJrVxCk5BuyvK6SbrxMCfwG38jimOXXLDSwWH-vDIlI-xr_yJHIFT5ACSwd719nN734gGl1GBpj9opGFEpA2edYZFIQdMAT6Qewkm0LCOjViy7sPo/s1600/jm+diez-alegria.bmp"><img alt="" border="0" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5503416293683174002" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgC_x-Dfl-vghprOppnSTIyo0EGu4JJrVxCk5BuyvK6SbrxMCfwG38jimOXXLDSwWH-vDIlI-xr_yJHIFT5ACSwd719nN734gGl1GBpj9opGFEpA2edYZFIQdMAT6Qewkm0LCOjViy7sPo/s320/jm+diez-alegria.bmp" style="cursor: hand; float: left; height: 138px; margin: 0px 10px 10px 0px; width: 92px;" /></a>Hace unas semanas murió José María Díez-Alegría, jesuita que vivió su fe desde el compromiso con los pobres, con los marginados, con la radicalidad con la que se ha dejado de escuchar el evangelio.</div>
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Aquella noticia me llegó de una persona a la que tengo por una de mis mejores fuentes de inspiración y ejemplo, así que enseguida me puse en alerta. Admito que había oído poco sobre él y, desde luego, no tenía mucha idea sobre su pensamiento, su acción y su vida. </div>
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Pero algo me dijo que iba a ser una buena idea acercarme ahora. Y, de pronto, recibo en mi correo electrónico dos libros digitales de Díez-Alegría. </div>
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Aunque sospecho que sigo sin saber casi nada sobre todo el edificio filosófico, espiritual y de pensamiento y compromiso con Dios de Díez-Alegría he leído uno de ellos (Teología: en broma y en serio) en el que repasa con una libertad y un finísimo sentido crítico las "grandes afirmaciones" de la iglesia: la libertad, la obediencia, la mujer, la estructura eclesial, el sexo, las leyes canónicas, la figura de Jesús...</div>
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Me he quedado pasmada. He encontrado en sus palabras la voz que yo he buscado en esta iglesia y que no había encontrado... hasta que la encontré. Y, ahora, veo que hay mucho más, que hay muchas personas que necesitan darle la vuelta a la situación, que necesitan moverse y denunciar. Personas que levantan la voz diciendo "no era ésto, no era ésto". Que no se callan aunque no les quieran oir. Ahora estoy leyendo otro libro suyo (Yo creo en la esperanza) y sigue siendo de lo más alimenticio. </div>
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Después de muchos meses sin retornar a este interior, que sigue luminoso y con unas reformas que están aguantando bien el tiempo, os invito a entrar y que curioseéis por él. Yo misma sigo sorprendiéndome de sus rincones. Ahora también de su biblioteca, que se enriquece sin duda con las obras de Diez-Alegría.</div>
Isabelhttp://www.blogger.com/profile/06117834958050926783noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-5313586525259798091.post-79065118016646898712009-11-29T22:24:00.004+01:002009-11-29T22:54:20.891+01:00Descubrir el poder interior<div><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgk0A9-JxS_BhWeWJImt6vKUr3vA-PMgqnu2kpVc7dEdhrTL2rzUUbRG_0rV_s9rR5ovV3WaWySBitMoG2blgIyvTqkcDreT_Bi1gvraxgOdkv004u2wLOViY6eQhcjmEEW7ERhPthB0ks/s1600/robbins+UPW.jpg"><img style="MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 159px; FLOAT: left; HEIGHT: 128px; CURSOR: hand" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5409647117917424034" border="0" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgk0A9-JxS_BhWeWJImt6vKUr3vA-PMgqnu2kpVc7dEdhrTL2rzUUbRG_0rV_s9rR5ovV3WaWySBitMoG2blgIyvTqkcDreT_Bi1gvraxgOdkv004u2wLOViY6eQhcjmEEW7ERhPthB0ks/s320/robbins+UPW.jpg" /></a>El pasado mes de septiembre he asistido a un seminario de Tony Robbins en Roma. Para aquellos de ustedes que no tengan la suerte de conocer a Robbins, les invito a que suspendan la lectura de este post y que investiguen durante un rato acerca de este nombre que les doy.</div><br /><div>Y bien, como decía, estuve durante cuatro días participando en un evento, o comoquiera que pueda llamarlo, que ha cambiado mi vida para siempre.</div><br /><div>Parece algo radical y es cierto. </div><br /><div>Me ahorraré entrar en detalles acerca del contenido del seminario, les invito a ustedes a que continúen su investigación en Internet. </div><br /><div>Yo les hablaré hoy sobre lo que ha significado para mí, desde la perspectiva de los dos meses que han transcurrido desde que terminó.</div><br /><div>El seminario comenzó en el mismo momento en el que compré el billete para Roma. En este instante, comencé a elaborar "mi" seminario: qué esperaba encontrar allí, qué me había impulsado a tomar la decisión de realizar este curso, qué fue ocurriendo en los meses previos en mi vida...</div><br /><div>Llevo tiempo sintiendo que mi vida simplemente transcurre; que me falta la energía, el control, el rumbo, la ruta...; he venido sintiendo que el tiempo empieza a pasar demasiado deprisa y que sólo tengo una vida para hacer todo lo que he querido hacer; me he dado cuenta de que no he dedicado el tiempo de calidad necesario para ordenar qué es lo que de verdad me importa, qué estoy haciendo para llegar a ello, cuáles son mis prioridades en la vida, quienes me importan y a quienes les importo... </div><br /><div>Son preguntas que empezaban a pesarme demasiado, al igual que otras cuestiones no menos importantes: dónde está mi ilusión, mi tiempo, mis éxitos, mi dinero, mis relaciones, mi paz...</div><br /><div>Ese fue el tiempo previo al seminario de Robbins.</div><br /><div>Las intensísimas 50 horas que viví en Roma, con una energía y una inmersión total en las vivencias que allí tuve, el impacto emocional, racional, físico que supone conocer a Robbins en acción, fue un colapso total. Allí, en Roma, experimenté el derrumbe de una parte importante de mis límites y comencé a costruir una nueva realidad: un viaje hacia quien yo quiero realmente ser y la vida que realmente quiero tener. Experimenté algo tan poderoso como ver caer las barreras que jamás hubiera pensado que caerían; la metáfora de "caminar sobre las brasas" (que por cierto hicimos real) se grabó en mí de una forma tan poderosa que hoy me ayuda a seguir borrando límites. Es lo que Robbins concretaba en la frase: "if you can't, then you MUST".</div><br /><div>Durante los cuatro días de seminario, viví un proceso de fortalecimiento interior que culminó en la eliminación de creencias limitantes y en su sustitución por otras creencias poderosas. Un proceso que culminó con un compromiso de cambio para una vida orientada a la acción y a la energía.</div><br /><div>Les aseguro que, después de dos meses, puedo afirmar que todo ello ha dejado un poso. Que mi vida ha cambiado para siempre. Que he incorporado a mi vida huevos hábitos que me están llenando de energía y que se van concretando en mejoras en aquellas áreas en las que me estoy centrando.</div><br /><div>Como es natural, este empuje recibido está demandando constante renovación: soy yo quien está manteniendo viva la pasión inicial. No es fácil, ahora es mi turno y la tentación de volver al estado anterior es muy fuerte. Hay días en los que, incluso, creo que he dado marcha atrás. Sin embargo, ya no puedo ser la misma de antes. Ya no lo soy. El camino es largo: dura toda una vida. La recompensa es mi propia felicidad, mi logro personal, afectivo, social, financiero, espiritual. </div><br /><div>Lo importante, amigos, es ponerse en camino y comenzar a actuar. Realizar esos pequeños, milimétricos cambios que, con el tiempo, terminan por trazar un nuevo rumbo y, al cabo de los años, nos colocan a una considerable distancia del destino que podríamos haber tenido de habernos dejado simplemente llevar por los acontecimientos. La responsabilidad de asumir estratégicamente la vida de cada uno, de tomar decisiones conforme a sus necesidades y objetivos es una tarea que no debemos posponer. Es un deber para con nosotros mismos y nuestra felicidad; es un compromiso también para con el resto de nuestros iguales, a quienes les devolvemos con gratitud lo que tenemos y somos, y se lo debemos.</div><br /><div>Un gran abrazo a quienes siguen al otro lado, a pesar de estos meses de silencio por este lugar, que tiene mucho de interior, y quizá más de luminoso. Y ahora, mucho de reformado.</div><br /><div></div>Isabelhttp://www.blogger.com/profile/06117834958050926783noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-5313586525259798091.post-89316908166903738292009-06-26T23:53:00.004+02:002009-06-27T00:16:05.471+02:00Lo que sucede... ¡sucede!<div><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgJFsh0e8ISh03b5NYv-O7YCGryE_8aBYY-MXfuDX3uyvB8uQa9yRy-e6OO1pGc86fxnXXYBtVJAIbUjjElWPWjSfNi0pE9QETVEvacVjYqyDAlMPo46XHHq0E51gaDMBF_Vc1GfOTJydc/s1600-h/huellas.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5351763371501900898" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 163px; CURSOR: hand; HEIGHT: 136px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgJFsh0e8ISh03b5NYv-O7YCGryE_8aBYY-MXfuDX3uyvB8uQa9yRy-e6OO1pGc86fxnXXYBtVJAIbUjjElWPWjSfNi0pE9QETVEvacVjYqyDAlMPo46XHHq0E51gaDMBF_Vc1GfOTJydc/s320/huellas.jpg" border="0" /></a>Hay personas a mi alrededor que se muestran seguras en casi todas las situaciones y momentos, cada día, día tras día. Seguro que saben bien de qué les hablo. Personas que dicen con su discurso y con su gestualidad que no tienen dudas, que saben qué van a hacer y qué van a pensar en el minuto siguiente. Son el tipo de personas que atraen a otras personas. Quizá no a usted, amable y fiel lector. Quizá a usted, no.</div><br /><div>Pero deténgase un instante a observar a estas personas. A éstas que yo le describo, no a las personas vanidosas, opulentas, gritonas o exageradas. No son esas a las que yo me refiero, sino a las personas seguras de sí mismas, que da la impresión de que no se equivocan, que ríen cuando hay que reír, que abrazan y acompañan al que hay que acompañar, que tienen la palabra justa en cada circunstancia...</div><br /><div>Obsérvelas: no están solas. Las personas tendemos a aproximarnos a las personas que transmiten éxito, alegría, plenitud. Y, aun cuando nos inspiren nobles instintos, las personas taciturnas, tristonas, solitarias... son "causas heróicas": tareas que acometemos como servicio a la Humanidad, en el mejor de los casos. Habitualmente, tendemos a no arrimarnos demasiado.</div><br /><div>Y sucede que a mí el tipo primero de gentes: las brillantes, carismáticas, siempre acertadas, las de la conversación perfecta... me hacían sentirme pequeña, torpe y un tanto estúpida.</div><br /><div>Hasta que me hice fuerte en mis debilidades. Y aprendí, si no a evitar quiebras en mi autoestima, gran tarea pendiente, sí a sobreponerme cada vez más rápidamente. Y, así, me hice dueña de mi historia, de cada episodio de mi historia, sin dejar que los episodios desafortunados, dolorosos o difíciles me hicieran sentirme pequeña, torpe y un tanto estúpida.</div><br /><div>Y aprendí a congraciarme con todos los hechos que ocurren en mi vida, simplemente porque la vivo... asumiendo que nada sucede por casualidad.<br />Esta manera de estar, este dejar que las cosas que suceden, ¡sucedan! me lleva a ahorrar energía: ya no combato contra lo que sucede, sino que dejo que suceda.<br />Me llevó un tiempo desprenderme del orgullo de no permitir que lo que ha sucedido... ¡suceda!<br />Hasta que acepté que no puedo hacer magia. O, mejor dicho, puedo "hacer magia", pero no puedo evitar que lo que ha sucedido... ¡suceda!<br />Visto entonces lo que ya NO HAGO, ¿qué actitud es la que adopto ante el fluir de los acontecimientos? Adopto la actitud de la aceptación, de pasar por ellos aunque no sean los que hubiera deseado pero, aceptándolos, descubrir en ellos cuanto de ellos puedo aprovechar.<br />Es cierto: de experiencias dolorosas se puede aprender mucho. Hasta que dejan de latir dolorosamente y quedan como una experiencia más, neutralizadas por nuestra actitud de aceptación.<br />¿puedes "neutralizar" experiencias dolorosas? ¿quieres? Deja de luchar contra ellas porque lo que sucede... ¡sucede!<br />Me asomo a un interior luminoso que, en esta época de verano incipiente se convierte en un porche luminoso y fresco, en un espacio abierto a las fantásticas sensaciones que siempre acompañan a los largos y alegres días del estío.</div><br /><div>Un cordial saludo a ese lector que, a pesar de todo, de vez en cuando se asoma a mi rincón. </div>Isabelhttp://www.blogger.com/profile/06117834958050926783noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-5313586525259798091.post-22198214077958427012009-03-01T21:22:00.005+01:002009-03-01T21:42:45.249+01:00Un año<div><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiCNSgAytKwaSIC-tCzHU8sAHoYUDGZqbTcr_tgIjsrkv7cnKewAS80GHoE2tPmZ-YPLbz1E2GDPv466MwoqqFEcTS6OWAnPwwMV5yguh2RcvinJ-lVme7LEv9bs1chm3OFv2Os8TvbmRQ/s1600-h/un+a%C3%B1o.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5308322270515963522" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 120px; CURSOR: hand; HEIGHT: 141px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiCNSgAytKwaSIC-tCzHU8sAHoYUDGZqbTcr_tgIjsrkv7cnKewAS80GHoE2tPmZ-YPLbz1E2GDPv466MwoqqFEcTS6OWAnPwwMV5yguh2RcvinJ-lVme7LEv9bs1chm3OFv2Os8TvbmRQ/s320/un+a%C3%B1o.jpg" border="0" /></a>Buenas noches, mis queridos lectores.</div><br /><div>Casi un mes llevo sin pasarme por mi interior y ya empezaba a hacérseme extraño... Uf, qué desapegado es el tiempo. Y no hay más razón en mi desaparición que la fría tecnología: una buena mañana me encontré con un teléfono móvil de esos de ahora, que te conectan con tu correo electrónico, con Internet, con tu coche, con tu jefe... Y, al final, todo te lleva a saturarte de tecnología y... dejé de reservarme mi rato por la noche para encender mi portátil.</div><br /><div>Pero he regresado, al menos por ahora, porque mi "smart phone" no me sirve para contarles a ustedes lo que me apetece, lo que me inquieta, lo que circula por mi mente, lo que me llama la atención, lo que me enfada o me alegra.</div><br /><div>Y, qué casualidad (o no), que precisamente hoy la reforma de mi interior cumple un año. ¡Un año! ¿cuántas iniciativas llegan tan lejos? Ni el gimnasio, ni las dietas, ni los buenos propósitos con los vecinos, ni los coleccionables, ni los ahorros... ¡Un año! Tendré que analizar este hecho, como si de un caso de estudio se tratara, a ver si puedo trasladar esta constancia a otras parcelas de mi vida...</div><br /><div>En cualquier caso, me alegro de rendirle un pequeño homenaje a este interior, mío y de todos ustedes, si alguno hay aún por ahí. Esos lectores más o menos visibles que me gusta mantener desenfocados, sin mucha identidad porque creo que eso rompería la relación que me gusta mantener con ellos. Sí, definitivamente, el día que sea escritora y venda miles de ejemplares de mis novelas, creo que no iré a firmar a la Feria del Libro. </div><br /><div>Me gusta más imaginar un lector sin rostro, sin voz, sin mirada. Un poco como esos personajes que llego a conocer bien al avanzar la lectura de la novela pero que... están en un plano difuso en mi mente. Será que soy poco visual. Será.</div><br /><div>En estas semanas de atrás, he recibido en mi correo mensajes hermosos, inteligentes, brillantes y agudos que han despertado reflexiones de muy variado color. Y me he acordado de este rinconcito de mi interior, en el que tan a gusto me encuentro. </div><br /><div>Espero conservar la misma determinación y constancia de estos últimos doce meses para disfrutar de la escritura y, quien sabe, quizá hacerles a ustedes disfrutar de la lectura.</div><br /><div>Que tengan un maravilloso mes de marzo y una no menos feliz semana que comienza.</div>Isabelhttp://www.blogger.com/profile/06117834958050926783noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-5313586525259798091.post-84063348289556027862009-02-04T23:46:00.003+01:002009-02-05T00:08:38.391+01:00Carta a una Madre<strong>Mamá...<br /></strong><br /><br /><strong><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh9fotyAB6TK9WzaOcUxO-AZreLkEHnWkH8B9UXQ6KeIEdKb3NN37Tgfl1kkhdeheWCRD-Zd2X3q1fZ1x0oQSAqU4N8qNdS6Gddoq7wi8u02KDudM_9zrhWBWZfwbTRv-0Xi_R4ow4IItk/s1600-h/carta+a+mam%C3%A1.bmp"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5299082628475100322" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 112px; CURSOR: hand; HEIGHT: 145px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh9fotyAB6TK9WzaOcUxO-AZreLkEHnWkH8B9UXQ6KeIEdKb3NN37Tgfl1kkhdeheWCRD-Zd2X3q1fZ1x0oQSAqU4N8qNdS6Gddoq7wi8u02KDudM_9zrhWBWZfwbTRv-0Xi_R4ow4IItk/s320/carta+a+mam%C3%A1.bmp" border="0" /></a>NO ME DES TODO LO QUE TE PIDA.</strong> A veces sólo pido para ver hasta cuánto puedo tomar.<br /><strong>NO ME DES SIEMPRE ORDENES.</strong> Si en vez de ordenarme, a veces me pidieras las cosas, yo las haría más rápido y con más gusto.<br /><strong>NO CAMBIES TAN A MENUDO SOBRE LO QUE DEBO HACER.</strong> Decídete y mantén tu decisión.<br /><br /><strong>CUMPLE LAS PROMESAS, BUENAS O MALAS.</strong> Si me prometes un permiso, dámelo; pero también, si es un castigo.<br /><strong>NO ME COMPARES CON NADIE, ESPECIALMENTE CON MI HERMANO O HERMANA</strong>. Si me haces lucir mejor que los demás, alguien va a sufrir; y si me haces lucir peor que los demás, entonces seré yo quien sufra.<br /><strong>NO CORRIJAS MIS FALTAS DELANTE DE NADIE,</strong> Enséñame a mejorar cuando estamos solos.<br /><br /><strong>NO ME GRITES.</strong> Te respeto menos cuando lo haces y me enseñas a gritar a mi también; yo no quiero hacerlo.<br /><strong>DEJA QUE ME VALGA POR MI MISMO.</strong> Si haces todo por mí, yo nunca podré aprender.<br /><strong>NO DIGAS MENTIRAS DELANTE DE MI, NI PIDAS QUE LAS DIGA POR TI AUNQUE SEA PARA SACARTE DE UN APURO.</strong> Me hace sentir mal y perder la fe en lo que me dices.<br /><strong>CUANDO YO HAGA ALGO MALO, NO ME EXIJAS QUE TE DIGA "POR QUE" LO HICE.</strong> A veces, ni yo mismo lo sé.<br /><strong>CUANDO ESTES EQUIVOCADA EN ALGO, ADMITELO Y CRECERA LA OPINION QUE TENGO DE TI.</strong> Y me enseñarás a admitir mis equivocaciones.<br /><strong>TRATAME CON LA MISMA CORDIALIDAD Y AMABILIDAD CON QUE TRATAS A TUS AMIGOS.</strong> Porque seamos familia, eso no quiere decir que no podamos ser amigos también. <strong>NO ME DIGAS QUE HAGA UNA COSA Y TU NO LA HACES.</strong> Aprenderé y haré siempre lo que tu hagas, aunque no lo digas: pero nunca, lo que digas y no hagas.<br /><strong>ENSEÑAME A CONOCER Y AMAR A DIOS.</strong> No importa si en el colegio o parroquia me lo quieren enseñar, porque de nada vale, si yo veo que tú ni conoces ni amas a Dios.<br /><strong>CUANDO TE CUENTE UN PROBLEMA MIO, NO ME DIGAS "NO TENGO TIEMPO PARA TUS TONTERIAS", O "ESTO NO TIENE IMPORTANCIA".</strong> Trata de comprenderme y ayudarme.<br /><strong>Y QUIÉREME Y DILO.</strong> Me gusta oírtelo decir, aunque tú no creas necesario decírmelo.<br /><strong>ABRAZAME.</strong> Necesito sentirte mi amiga. Mi compañera a toda hora.Isabelhttp://www.blogger.com/profile/06117834958050926783noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-5313586525259798091.post-80964355507287062872009-01-18T01:00:00.006+01:002009-01-18T01:19:07.581+01:00Sólo para mujeres fenomenales<div align="left"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjNM336lDHsG-AnbYToNPdM3KWvbk78lBZ0wzy0Q89S_A43sJBJpxhjBQ5FMkwhKTKHv-q2KF5Ra4C14Cs4GzzBbvoI2OgOoyb6YftXfQMlzxYwEQzH1xdYGK3B7wqCztTcnpRjgfyHjdM/s1600-h/anciana+caminando.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5292420677749056754" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 134px; CURSOR: hand; HEIGHT: 180px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjNM336lDHsG-AnbYToNPdM3KWvbk78lBZ0wzy0Q89S_A43sJBJpxhjBQ5FMkwhKTKHv-q2KF5Ra4C14Cs4GzzBbvoI2OgOoyb6YftXfQMlzxYwEQzH1xdYGK3B7wqCztTcnpRjgfyHjdM/s320/anciana+caminando.jpg" border="0" /></a><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5292419168991915138" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 6px; CURSOR: hand; HEIGHT: 10px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgtZIOpqFGM4oCVd5n9LQzYDXO5X87d84p1YU9J_gGn2Ft1pc1u3iIg0YBwGnRuJ-Xm0MiNm_E1fkNVVKvxI7SsiRbT_OIwr8jZJGNMMBsEN_NI_NMdIWCPeY6qLUAo2B-XKF_W9o2S27g/s320/anciana+caminando.jpg" border="0" />Siempre ten presente que la piel se arruga, el pelo se vuelve <div align="center"><p align="center">blanco, los<br /><br />días se convierten en años...</p></div><div align="center">Pero lo importante no cambia; <strong><em>tu fuerza y tu convicción </em></strong></div><br /><div align="center"><strong><em>no tienen edad.</em></strong></div><br /><div align="center">Tu espíritu es el plumero de cualquier tela de araña.</div><br /><div align="center">Detrás de cada línea de llegada, hay una de partida.</div><br /><div align="center">Detrás de cada logro, hay otro desafío.</div><br /><div align="center">Mientras estés viva, siéntete viva.</div><br /><div align="center">Si extrañas lo que hacías, vuelve a hacerlo.</div><br /><div align="center">No vivas de fotos amarillas...</div><br /><div align="center">Sigue aunque todos esperen que abandones.</div><br /><div align="center">No dejes que se oxide el hierro que hay en tí.</div><br /><div align="center">Haz que en vez de lástima, te tengan respeto.</div><br /><div align="center">Cuando por los años no puedas correr, trota.</div><br /><div align="center">Cuando no puedas trotar, camina.</div><br /><div align="center">Cuando no puedas caminar, usa el bastón.</div><br /><div align="center"><strong>¡¡¡Pero nunca te detengas!!!</strong></div><strong></strong><div align="left"><br /><br />Madre Teresa de Calcuta </div></div>Isabelhttp://www.blogger.com/profile/06117834958050926783noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-5313586525259798091.post-67561875017615565122009-01-13T22:54:00.003+01:002009-01-14T23:41:01.552+01:00Un día de éstos<div><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi0ZZaVWxDtttwo_W5-xYdOPHqvf3apNIG_eENNCtIg3_YqCs9-K6rmRgP6y3b4VovzASkRey3DCgt2xjChMqfl5bfX0eyf27fz7OgYf2Wlx1zOHP9hG5mqV2hfd7FXRYRMpavtbtsi-WE/s1600-h/adelante.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5291282772146078994" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 160px; CURSOR: hand; HEIGHT: 117px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi0ZZaVWxDtttwo_W5-xYdOPHqvf3apNIG_eENNCtIg3_YqCs9-K6rmRgP6y3b4VovzASkRey3DCgt2xjChMqfl5bfX0eyf27fz7OgYf2Wlx1zOHP9hG5mqV2hfd7FXRYRMpavtbtsi-WE/s320/adelante.jpg" border="0" /></a>Aunque poco a poco va remitiendo, el clima de "comienzo", de "novedad", de "cambio" aún se reconoce en el ambiente. Admito que este año veo poca tele, supongo que, como siempre por estas fechas, habrá cientos de anuncios de publicaciones coleccionables sobre los más variopintos temas: barcos por piezas, jarroncitos de época, muñecas regionales o vaya usted a saber; por otro lado, a más de uno nos habrá sorprendido algún compañero de oficina que, contrariamente a sus hábitos pasados, aprovecha el mediodía para sudar un rato en el gimnasio; incluso habrá algún valiente que haya tirado los ceniceros de su casa a la basura, convencido de que, este año sí, va a dejar de fumar.<br />Confieso que yo también he hecho mi lista de propósitos y, no, no se los confesaré ahora a ustedes... Quizá en otro momento.<br />Pero lo que sí quiero compartir en este post es mi reflexión acerca de esta debilidad nuestra frente a los compromisos de cambio. Quizá sea uno de los asuntos más complejos para mí. ¿Quién, o qué sabotea cada proyecto, cada objetivo, cada plan que nos trazamos? ¿Dónde se esconde semejante saboteador?<br />Supongo que ya lo habrán experimentado... En nuestro interior.<br />Por alguna razón, y por muy beneficioso y bien definido que esté el objetivo que nos hayamos propuesto, la tendencia natural de nuestra naturaleza es la de permanecer donde estamos. Eso de evolucionar... No solemos movernos alegremente de nuestro sitio a no ser que nos empujen, nos obliguen o... O nuestra fuerza interior sea tan poderosa que pueda vencer las resistencias iniciales.<br />Y ahí está el quid de la cuestión: la dificultad máxima, para mayor fastidio, está en los primeros pasos. Algo similar a lo que le sucede al bebé que comienza a andar: sus primeros pasos son tan torpes, tan inestables, tan descoordinados que lo raro es que los niños terminen andando y no decidan volver a los brazos de su madre tras la primera caída. Pero no lo hacen.<br />Su determinación por conocer es tan fuerte que ni siquiera la amenaza de lo desconocido supone un impedimento para sus dolorosos y frustrantes comienzos. Su motivación, casi podríamos calificarla de irracional porque camina por los cauces de la emoción, es más fuerte que la lógica del esfuerzo que ello supone.<br />Quizá el objetivo de este año debería ser simplemente intentar hacernos un poco más niños, en su valentía, en su determinación, en su perseverancia, en su transparencia, en su espontaneidad...<br />Mucha suerte con sus propósitos y recuerden que Roma no se hizo en un día. O como han estudiado los americanos, que para ésto son muy suyos, perseveren al menos 30 días consecutivos -consecutivos- en la realización de cualquier tarea y se sorprenderán del resultado.</div>Isabelhttp://www.blogger.com/profile/06117834958050926783noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-5313586525259798091.post-33206600884293026092009-01-05T22:28:00.005+01:002009-01-05T22:55:04.544+01:00Noche de Reyes<div><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjczN5rAUW7pwflHXPWXjM0OyfdHw8SC_lTfCZ473p4e_L5tC6qxq28jeuTOCi5GQfq0jd9Pg_oVWM1FmZpY3LvDDd0wgXw2ynhWeM994HPmjycgkkOAarrYtuOBOW3s246zLUgj-Yniow/s1600-h/reyes.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5287931115209253394" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 118px; CURSOR: hand; HEIGHT: 118px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjczN5rAUW7pwflHXPWXjM0OyfdHw8SC_lTfCZ473p4e_L5tC6qxq28jeuTOCi5GQfq0jd9Pg_oVWM1FmZpY3LvDDd0wgXw2ynhWeM994HPmjycgkkOAarrYtuOBOW3s246zLUgj-Yniow/s320/reyes.jpg" border="0" /></a>Ya llegó la noche más mágica del año. Es la noche en la que desearía volver el tiempo atrás y ser otra vez una niña. Porque los días previos a éste son una oda al consumo, al tener, al acaparar, a El Corte Inglés, a la antítesis de la Navidad. Pero esta noche es otra cosa.</div><br /><div>Y les pertenece sólo a ellos. Mi ilusión es, pero es otra. En los niños, puedo encontrar la inocencia y la autenticidad de quien cree en la bondad y en lo imposible. Sus caritas reflejan una emoción que va más allá del deseo de recibir un juguete. Se trata de algo más. Es creer en la magia, en que existen seres maravillosos que esa noche llegarán a su casa montados en sus camellos y les visitarán a ellos. A ellos. Y beberán la leche que con mimo han dejado preparada. Y mordisquearán las galletas. Y hasta los cereales de chocolate que este año les han dejado... porque les van a encantar, ya lo verás.</div><br /><div>No dejarles un montón de regalos es un favor muy grande que les hacemos. Pero no sólo para prevenir todos los males de la abundancia, que también. Es que, simplemente, es teñir de valores materiales algo que va más allá. Y que, además, es radicalmente innecesario. La ilusión es la noche, es la espera, es quedarse dormido creyendo que esa noche los Reyes Magos con sus camellos estarán en su salón, es saberse buenos porque los malos, en el fondo, no pueden ser de verdad.</div><br /><div>Feliz noche de Reyes y que os traigan a todos mucha ilusión, mucha inocencia, mucha bondad y un corazón un poco más niño.</div>Isabelhttp://www.blogger.com/profile/06117834958050926783noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-5313586525259798091.post-70466188016564840402008-12-27T00:04:00.004+01:002008-12-27T00:41:41.860+01:00Balance<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhx0JQocVprmMgJTHYGlz1-OYEUx-HZkBG0pOjPaxzqtxWAb7seOIo0huqN99jpYAGO4H0GD8DMOb2XBqDisclSXSKtmCpfvngP-6OCSrXMAx54o-3AJBg7-NwyvvyT4MWwOkSxigSXa5M/s1600-h/puente.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5284247657191009314" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 163px; CURSOR: hand; HEIGHT: 162px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhx0JQocVprmMgJTHYGlz1-OYEUx-HZkBG0pOjPaxzqtxWAb7seOIo0huqN99jpYAGO4H0GD8DMOb2XBqDisclSXSKtmCpfvngP-6OCSrXMAx54o-3AJBg7-NwyvvyT4MWwOkSxigSXa5M/s320/puente.jpg" border="0" /></a>El 2008 se está marchando para siempre.<br /><br />Así que debo darme prisa porque, de lo contrario, se llevará consigo todas las cosas buenas que me han ocurrido a lo largo de los últimos doce meses.<br /><br />Por ejemplo, los amigos que he descubierto y los que he redescubierto. Hace unos días les hablaba a ustedes, mis queridos lectores (si alguno queda a estas alturas), sobre mis hallazgos en este ámbito. Yo misma me ví gratamente sorprendida por ello. Personas que estaban a mi lado cada día, los mismos días, con las mismas conversaciones y, de pronto, conectábamos. De una forma casi involuntaria, llegábamos a sintonizar, a comunicarnos de una forma totalmente nueva. Y resultaba tan fácil entenderse ahora! A todos ellos quiero hoy darles las gracias por dejarme descubrirles y exponerse a descubrirse ante mí.<br /><br />Pero no sólo he descubierto a los demás. El hallazgo más arrollador ha sido, sin duda, encontrarme conmigo misma: dedicar tiempo a encontrarme con mi Yo más auténtico, a reflexionar sobre quién soy realmente, lo que quiero, a dónde me dirijo y cómo he previsto llegar hasta allí. Durante este año que termina he dedicado muchas horas a conocer y aplicar herramientas de autoconocimiento y de autoaprendizaje. Ha sido un ejercicio tan complejo que creo que me queda aún tarea para el año próximo. Empezar a conocerme de verdad me ha dado tanta energía, tanta fortaleza que empiezo a sentir que puedo llegar hasta donde me proponga. El año que comienza es una estupenda prueba a tanto poder recién descubierto. Les tendré al corriente.<br /><br />Profesionalmente, sigo creciendo sin parar. Se abren nuevos espacios de desarrollo profesional en los que no había aún entrado y me apasiona lo que estoy descubriendo. Empiezo a vislumbrar cuáles son mis capacidades al respecto y siento que tengo mucho camino por delante. Es un desafío que va a exigir un trabajo constante y entregado. Me apunto al reto.<br /><br />Mi papel de madre crece y crece. Es maravilloso volver a vivir el entusiasmo y la curiosidad del niño que vive tantas primeras veces al cabo del día. Sentirse parte de este proceso es como una dosis doble de vitaminas. Nunca antes había disfrutado tanto de ser madre y nunca antes lo había compaginado mejor con el resto de papeles que asumo feliz.<br /><br />Día a día, siento que sigo madurando. Que voy entrando en esa plácida edad en la que desaparecen las inseguridades, las dudas, las miradas en busca de la aprobación del otro. Sentirme tan segura me ha hecho dar un paso más hacia mi plenitud como mujer. Es un descubrimiento divertido y sorprendente. Aunque hay momentos en los que echo de menos a alguien con quien compartir mi tiempo y mi espacio, lo cierto es que aprender a vivir de forma independiente me está aportando mucho sosiego y mucha seguridad, y me voy dando cuenta de que era necesario para afrontar la siguiente etapa de mi vida.<br /><br />Y todo esto ha ocurrido en los últimos doce meses. Ya no soy la misma persona que hace un año. El cambio ha sido tan grande que espero tener tiempo para seguir asimilando todos estos procesos de mejora.<br />La felicidad ya no es un accidente en mi vida, se ha instalado en ella y yo he tenido mucho que ver en ello.<br /><br />Este blog también es el resultado de todo este trabajo. Y por eso responde bastante aproximadamente a los distintos momentos por los que he pasado durante el 2008.<br /><br />El interior, luminoso y reformado, ha encontrado su sitio en el espacio virtual y ha querido ser mi cobijo, y el de quien quisiera entrar en él, para volcar experiencias y reflexiones.<br /><br />Gracias a todos los que me habéis regalado vuestro tiempo, vuestra confianza, vuestro compromiso, vuestra alegría, vuestro ánimo, vuestros consejos, vuestros conocimientos. Gracias por hacerme sentir parte de vosotros.<br /><br />Espero poder devolver parte de ese regalo durante el año que ahora comienza.<br /><br />Mis mejores y más sinceros deseos de felicidad para el 2009.Isabelhttp://www.blogger.com/profile/06117834958050926783noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-5313586525259798091.post-91161722003585969902008-12-22T22:32:00.010+01:002008-12-22T23:28:06.805+01:00Nuestro bólido<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiJM_fyLjVPIbGLFRcDqRN3_XeeB2tV3187VpsfAAsqu6LEdcRj6UiuOSab9-FM5XOysGhNPuvOoJ_dj1z4gxizEhMif8Hw1azVN9HOq3OlNP-7pdmSaWododGTabpVLa_E8srus6fFxBM/s1600-h/coche.bmp"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5282741360727079026" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 100px; CURSOR: hand; HEIGHT: 161px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiJM_fyLjVPIbGLFRcDqRN3_XeeB2tV3187VpsfAAsqu6LEdcRj6UiuOSab9-FM5XOysGhNPuvOoJ_dj1z4gxizEhMif8Hw1azVN9HOq3OlNP-7pdmSaWododGTabpVLa_E8srus6fFxBM/s320/coche.bmp" border="0" /></a>Mi coche está en las últimas. Con una hoja de servicio incontestable, al pobre le faltan fuerzas para seguir el ritmo que yo le pido.<br /><div><div>Hemos llegado a formar un equipo tan unido que ahora siento cierta pena cuando le veo tan viejecito, su perfil algo anticuado ya para la moda actual, su interior sobrio pero robusto...</div><div>A mí, que nunca me ha importado tener un coche algo ruinoso porque nunca sentí atracción alguna por el mundo del motor, me ha nacido una vinculación más que material con mi viejo amigo de cuatro ruedas.</div><div>Y es que juntos hemos hecho muchas cosas. Con él, recorrí media Europa en varias ocasiones, con el maletero lleno de trastos y el espíritu lleno de vida. Él me llevó por dos veces al hospital a traer a otros tantos hijos a este mundo. En él he cambiado pañales, he amamantado, he cantado miles de canciones, escuchado y contado cuentos, volado casi literalmente muchas mañanas para llegar a la hora al colegio...</div><div>Fue mi primer coche y con él hice mis primeras escapadas con mi novio y también fue él quien nos llevó de viaje por el norte de España al día siguiente de nuestra boda.</div><div>En este coche aprendí a ser mayor y a volverme niña. Empecé a ser libre y a asumir responsabilidades. Así es, este coche ha sido observador callado de buena parte de mi vida.</div><div>Pero todo llega a su fin. Sí, todas las cosas tienen un principio y un final. Y se nos olvida que nada es para siempre y vivimos como si lo fuera: nuestras posesiones, nuestro porvenir... Hoy está y mañana, ¿quién sabe? Es uno de los argumentos más contundentes para vivir a tope el presente, en mi opinión.</div><div>Volviendo al coche: tendré que acostumbrarme a vivir sin él y... mis hijos también. Porque ellos también se han encariñado con el "bólido", como le llaman. Y hasta me parece que el coche entiende estos piropos y trata de correr alegre por la carretera, aunque no le lleguen ya las revoluciones...</div><div>Mañana me he citado con el dueño de un posible sustituto. Un coche moderno y espacioso, lleno de botones y luces tras el volante, con un interior bien diseñado en el que no faltará el confort y la seguridad. Aunque no llevará de serie las historias, los olores, las marcas de tantos años. </div><div>A pesar de todo, mi viejo coche quedará en mi memoria, asociado a cada uno de los momentos de mi vida durante los últimos diez años.</div><div>Y discúlpenme, queridos lectores, porque hoy quería de verdad ofrecerles un texto ligero y alegre y me ha salido una elegía en toda regla. Pero mi coche se lo merece.</div><div>Buenas noches,</div></div>Isabelhttp://www.blogger.com/profile/06117834958050926783noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-5313586525259798091.post-53507521393268012892008-12-17T22:29:00.008+01:002008-12-18T11:18:33.469+01:00Cuatro llamadas<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh9Oc5bPuQTcAnrPOSVXUPygFSHUc3t4tkvDc4uyyBghp9PyYIL5dl95-7d2cd9jyO7sH0nNbgWARIB2eFatDLv32r4L_0q-9_bGHQ9YFJByvNmM2AOCpIq2IHrwnjZ32x0C0do5wPSWWE/s1600-h/dali.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5280881454884787698" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 113px; CURSOR: hand; HEIGHT: 154px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh9Oc5bPuQTcAnrPOSVXUPygFSHUc3t4tkvDc4uyyBghp9PyYIL5dl95-7d2cd9jyO7sH0nNbgWARIB2eFatDLv32r4L_0q-9_bGHQ9YFJByvNmM2AOCpIq2IHrwnjZ32x0C0do5wPSWWE/s320/dali.jpg" border="0" /></a>Era la cuarta vez que aparecía su nombre en la pequeña pantallita del teléfono inalámbrico. Y, por cuarta vez, decidió dejarlo sonar y sonar y sonar.<br />Aquel día la excusa ni siquiera llegó a tomar forma.<br />Sólo volvía una y otra vez la misma pregunta que en las otras tres ocasiones, ¿por qué? y, sobre todo, ¿por qué ahora?<br />¿Por qué? era en realidad una pregunta insuficiente, pues ella sabía, antes incluso de poder imaginarse una respuesta, que fuera cual fuera ésta, no le devolvería la paz.<br />La primera vez que llamó, le pareció que el timbre del teléfono sonaba más fuerte que nunca. Y sintió que el sofá en el que estaba recostada comenzaba a engullirla y su cuerpo pesaba cada vez más, de tal forma que no quiso y no pudo responder.<br />El efecto de aquella llamada sin respuesta se prolongó hasta bien entrada la noche. Y terminó haciendo lo que solía hacer cuando se veía atrapada en una sobredosis emocional: tomó un papel y dejó que el bolígrafo diera forma a su ansiedad.<br />La segunda llamada le sorprendió aún más y trató de mantener su ansiedad a raya anticipando y creando todo tipo de historias mundanas. Quizá se trataba sólo de una llamada para regalarle unas entradas para un concierto, o para informarle de la enfermedad de algún conocido común, o para hacerle una consulta profesional...<br />Pero en el fondo de su corazón, sabía que esa llamada la expondría a volver sobre su pasado, a verbalizar lo que había ya archivado en el fondo del baúl de las frustraciones de su sótano oscuro, y que, además, ya no había ningún dolor que aliviar porque, como la arena de la playa que con el viento va recuperando una forma suave y neutra, su vida volvía a la plácida y maravillosa cotidianeidad de los pequeños episodios familiares, laborales, sociales.<br />La tercera llamada fue del todo inesperada. Tanta insistencia comenzó a preocuparla: quizá sólo se trataba de ponerle al día de alguna funesta noticia, de una desgracia familiar... Un impulso la llevó a coger el teléfono... justo en el momento en que éste dejaba de sonar.<br />Quizá fuera mejor así, se dijo.<br />Pero esta noche había vuelto a sonar. Era ya la cuarta llamada en las dos últimas semanas. Y había conseguido comenzar a sentirse culpable por no atenderla.<br />¿A qué se debía tal insistencia? ¿Por qué ese empeño en ponerse en contacto con ella, a estas alturas? Y si estaba sólo movido por la bondad y la amistad, ¿hasta dónde llegaría?<br />Aún sin haberlo decidido, sabía que no respondería a las llamadas, que esa sería su última conexión con su pasado porque eso era lo que en su día resolvió hacer y no podía haber marcha atrás.<br />El teléfono no volvió a sonar nunca más.Isabelhttp://www.blogger.com/profile/06117834958050926783noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-5313586525259798091.post-6670576935792789492008-12-14T00:40:00.010+01:002008-12-14T02:34:23.095+01:00Estar con el otro<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjw4W1o0ddwq7QDq3iUQHxNBG3VbVSJzdn3oVLWD44L39CTZBgKj_gCUhDxHut7O3Aoy9AYF7Iwcy66bww4QbaPWWjdDVAjCeuXcpQCZ6WmFzooMAi7pvd-Bk88PhryrZgr9cVVSHBe1b4/s1600-h/abrazo.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5279434704584281954" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 183px; CURSOR: hand; HEIGHT: 269px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjw4W1o0ddwq7QDq3iUQHxNBG3VbVSJzdn3oVLWD44L39CTZBgKj_gCUhDxHut7O3Aoy9AYF7Iwcy66bww4QbaPWWjdDVAjCeuXcpQCZ6WmFzooMAi7pvd-Bk88PhryrZgr9cVVSHBe1b4/s320/abrazo.jpg" border="0" /></a>En estos últimos días, me he reencontrado con unas pocas personas que tenía a mi lado pero que no estaba viendo.<br /><br />La Navidad también tiene estas cosas: te reúnes, charlas, te expones a compartir tiempo con los demás.<br /><br />Hasta ahora no había sido muy consciente de mi capacidad para conectar con los demás, pero ahora que lo he descubierto, disfruto mucho más de ella.<br /><br />Mirar a los ojos, preguntar sin miedo, tocar y sentir al otro, llegar a un nivel diferente de la relación con el otro.<br /><br />Y en estos días es como si este nuevo modo de llegar a los demás y con los demás, comenzara a dar fruto.<br /><br />Esto me hace reencontrarme conmigo misma, también.<br /><br />Feliz domingo!Isabelhttp://www.blogger.com/profile/06117834958050926783noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-5313586525259798091.post-50947968717517456952008-12-09T23:38:00.008+01:002008-12-10T00:44:21.313+01:00Mi interior tiene un sótano<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEigTN_j7aYme4Aw6tzJc8JKx18KItxXu3_TX-YYIMvVo4dAILaB1k4AvY19rkNuqN-03YUtj516n_eWM255KwjlS2QQUL8UXLBy3TbucyWCg0P1yYC7voaMPz8CQYMbEYB1N6bjlED3mXI/s1600-h/s%C3%B3tano.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5277936776496722146" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 138px; CURSOR: hand; HEIGHT: 134px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEigTN_j7aYme4Aw6tzJc8JKx18KItxXu3_TX-YYIMvVo4dAILaB1k4AvY19rkNuqN-03YUtj516n_eWM255KwjlS2QQUL8UXLBy3TbucyWCg0P1yYC7voaMPz8CQYMbEYB1N6bjlED3mXI/s320/s%C3%B3tano.jpg" border="0" /></a>Mis queridos lectores... La mayoría de nosotros, en nuestro afán por vernos arropados por los demás, hemos desarrollado una inconsciente capacidad comercial de nosotros mismos. Casi en cada ocasión en que nos presentamos ante los demás, estamos procurándonos una imagen que muestre y demuestre nuestro mejor yo.<br />No se trata de una burda estrategia. Ni mucho menos. Es, más bien, una sutil maniobra para ser aceptado. Rara vez nos comportamos fuera de casa como lo hacemos en ella: nuestra apariencia física, nuestros movimientos... Si en la intimidad relajamos la disposición a los demás, en público se despiertan las alertas que nos indican si la mirada del otro es aprobatoria o no, si sus palabras nos ignoran o no, si el grupo nos acepta o no... Y, sobre ello, tendemos a elaborar nuestra actuación.<br />Por ello, no suele ser una percepción muy realista la que tenemos de nuestro interlocutor en muchas ocasiones, máxime si se trata de una relación poco profunda, técnica o puntual. En estos casos, vemos parte de la historia.<br />Quizá mi anterior post es, en realidad, sólo parte de la historia. Y, por ello, si alguno de ustedes sintió cierta envidia... No lo haga. Relájese porque, en efecto, es sólo una pequeña porción de mi realidad.<br />No quisiera ventilar miserias en este mi interior, ahora que está tan colorido, aireado y luminoso pero, como ilustración de todo lo anterior, permítanme la licencia de presentarles el sótano de este acogedor lugar.<br />En un rincón húmedo y oscuro, se encuentra el cajón de mi frustración. Es un cajón bastante voluminoso. Yo diría que, aunque voy desprendiéndome de su contenido, no tiene aspecto de vaciarse nunca.<br />En la caja, forrada de un descolorido papel de regalo, hay entre otras cosas, un archivador lleno de planes sin fecha; hay también una bolsa de tela, algo apolillada, llena de horas y días que nunca tuve; hay, además, unas cuantas monedas y una pequeña agenda llena de razones y sinrazón, son las que no pude utilizar porque un hombre que en su día fue todo generosidad, ahora las guardó y las envolvió en mil y una excusas; casi en el fondo del cajón, hay una enorme bola de pasta de modelar esperando unas manos que hagan de ella una escultura con sentido, pero, aunque se aprecia cierto trabajo y los rasgos aún toscos de dos figurillas humanas, la pasta se va secando y, cuando intento darle forma, algo hace que vuelva a perderla, mientras crece y crece su tamaño; hay también una goma elástica que, en lugar de abrazar qué se yo qué papeles o artículos y mantenerlos unidos, está completamente tensa, como si quisiera alcanzar primero un extremo y, a la vez, el lado opuesto del cajón.<br />Como ven, el cajón es un extraño lugar muy poco apacible. No suelo abrirlo mucho, acaso para meter en él algún nuevo objeto que decido eliminar de mi interior, tan luminoso y reformado.<br />Así que, amables lectores, no envidien mucho a esta madre que escribe porque, aunque el sol siempre sale cada mañana para inundar de luz y calidez mi interior, hay noches en que el frío y el viento se cuelan por las rendijas y se pasean por toda la casa, bajando y subiendo del sótano a placer.<br />Y yo termino por quedarme dormida, acurrucada en mi cama, y susurrándole al viento "fuiste la fresca brisa que yo buscaba y te rompiste en mil ráfagas de viento frío y caprichoso. Ahora eres una vulgar corriente que, sintiéndose fuerte y libre, no me deja descansar en paz. Vete, vete y llévate contigo el olor a humedad y a moho. Y, cuando vengas, hazlo sabiendo que los niños, después de todo, -porque han ido 'después de' y no antes de todo para tí-, necesitan respirar el aire fresco y los olores que tú transportas. Pero no vengas para revolver este interior, dándote esos aires... aires llenos de polvo y de mediocridad".<br />Así que cierro el sótano y les ruego a ustedes que me permitan en adelante dejar el sótano cerrado. Y ahora, recorran de nuevo su casa y decidan bien qué cosas quedarán encerradas en sus sótanos y cuáles rescatan y destacan para disfrutar de ellas.<br />Así es, una vez más. Cada uno de nosotros tiene un sótano y el mundo está lleno de sótanos. Por suerte, no solemos vivir en él sino que acumulamos en él los trastos y los recuerdos más viejos y ajados. Y, un buen día, lo tiramos todo y el sótano pasa a ser... ¡qué sé yo! El recordatorio de lo mucho que tendemos a acumular un pasado inservible.Isabelhttp://www.blogger.com/profile/06117834958050926783noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5313586525259798091.post-81630861016036246642008-12-04T22:11:00.006+01:002008-12-04T22:28:14.511+01:00Navidad<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj08l04UfzHBTiFOQI4BGYnJg4NvlN7PCgxmk_l-Fr6-8xM-rQFLBAhbdb5eYmkBok9qWiLxH62kMqXf1LvbU6P4y9Xncwwy-icbeKTPbyfvXaR0iMRz21lxXXdHCmpMSSg-9oCgwVENXo/s1600-h/%C3%A1rbol_navidad.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5276048577317605442" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 177px; CURSOR: hand; HEIGHT: 126px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj08l04UfzHBTiFOQI4BGYnJg4NvlN7PCgxmk_l-Fr6-8xM-rQFLBAhbdb5eYmkBok9qWiLxH62kMqXf1LvbU6P4y9Xncwwy-icbeKTPbyfvXaR0iMRz21lxXXdHCmpMSSg-9oCgwVENXo/s320/%C3%A1rbol_navidad.jpg" border="0" /></a>Hoy se ha desatado la fiebre navideña en casa. Llevaba unos días tratando de contener el vendaval pero esta tarde se ha instalado en en mi salón.<br /><br />Al volver del colegio, las ansias de mis hijos escapaban totalmente de mi control, así que... hemos puesto el árbol de Navidad, el Belén, los adornitos por toda la casa y, por supuesto, mientras escuchábamos una selección de villancicos tradicionales.<br /><br />La verdad es que lo hemos pasado bien, tirados por el suelo, abriendo paquetes y rebuscando en las cajas todas las cositas que guardamos el año pasado: una estrellita de purpurina de la pequeña, un Papá Nöel pintado en un tubo de cartón del papel higiénico, una velita decorada con plastilina...<br /><br />Ha sido un verdadero placer ver sus caritas orgullosas y satisfechas, mientras contemplaban el enorme árbol, que habían montado y decorado ellos.<br /><br />Después de recoger trocitos de bolitas de Navidad, ovejitas y pastorcillos de debajo del sofá, serrín y pedacitos de espumillón de todos los rincones, nos hemos sentado a cenar mientras el árbol nos observaba desde su rincón, con sus luces de colores y sus toneladas de adornos y cintas brillantes, amenazando su verticalidad.<br /><br />La pequeña se ha acostado murmurando con los ojos ya medio cerrados: "este año le voy a pedir a Papá Nöel que todos los días sean Navidad...<br /><br />Me he marchado de su dormitorio de puntillas pensando que este año yo le voy a pedir mucho más tiempo para estar con mis hijos.Isabelhttp://www.blogger.com/profile/06117834958050926783noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-5313586525259798091.post-55351862546035394552008-12-01T22:17:00.005+01:002008-12-01T22:59:48.800+01:00Luz!<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjFA4ellX87miXsQ_kFgaeiyB8fYFgQ9hpMy0Hp7T0X5KbFiazCmvWN76m4uWIhaDDBq6w4efqyuJsTAWb6T_crUU9J7RvzbilUMEZeORPnaANNoVrPbfBzNACeo-mivoLesGV9TV6ti6E/s1600-h/flores.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5274944252866113682" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 117px; CURSOR: hand; HEIGHT: 167px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjFA4ellX87miXsQ_kFgaeiyB8fYFgQ9hpMy0Hp7T0X5KbFiazCmvWN76m4uWIhaDDBq6w4efqyuJsTAWb6T_crUU9J7RvzbilUMEZeORPnaANNoVrPbfBzNACeo-mivoLesGV9TV6ti6E/s320/flores.jpg" border="0" /></a>Se me ocurre comenzar pidiendo disculpas a mis queridos lectores por esta ausencia repentina.<br /><br />Regreso hoy a mi interior y lo primero que hago es abrir el balcón, dejar que la luz entre de nuevo a las estancias, que el aire corra de nuevo por las salas, por el pasillo, por la cocina, por todas las habitaciones de este refugio cada día más acogedor y confortable.<br /><br />Pero, ¿saben?, en realidad, poder entrar y salir, poder cerrar mi interior por una temporada y volver a él cuando me apetece, es lo mejor que me podía pasar. Es la señal esperada: todo está en el camino de la normalidad más deliciosa y placentera.<br /><br />Mis queridos lectores: ya está hecho. Me he congraciado con el mundo entero. Estoy viva, más viva que nunca.<br /><br />Y, en este retorno voluntario a la tensión de la vida, ha prevalecido la acción a la reflexión y, como bien han observado ustedes, este interior confortable es un mundo de orden, de olores, de colores pacíficos y sosegados más proclive a la reflexión que a la pulsión mundana.<br /><br />Así que decidí echar persianas, cubrir muebles, cerrar puertas y girar la llave para echarme a la calle y respirar y absorber el mundo, para mezclarme gozosamente con el gentío, para intercambiar conversaciones, charla y café. Para sonreir y para abrazar, para sentir y para descubrir. Para correr y para pasear, para hacer y deshacer, para ir, para volver, para entrar y salir, para probar y para atreverme.<br /><br />Estoy felizmente llena de vida. Estoy vitalmente feliz.<br /><br />Y, ahora, después de este viaje energético, regreso tranquilamente a mi interior para deleitarme con todo lo que soy, con todo lo que tengo, y quiero, con lo que me espera y lo que tendré.<br /><br />Aquí estoy de nuevo para iniciar este segundo proceso: ahora la luz de mi interior no es sólo la que entra de la calle, mi interior también lo ilumino yo. Y es maravilloso.Isabelhttp://www.blogger.com/profile/06117834958050926783noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-5313586525259798091.post-47252435030251119652008-11-04T22:58:00.009+01:002008-11-04T23:19:17.196+01:00Fuera de juego<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjnmYIVpLGwubyrpS47dqO3IvgzD8eca4kYHoOe3oGk6-kyDpYP3h6keN2EW9UK9m4uJGA4VstUwzRH2_L_Fpr6fsm6entEpmAoGd76_bblzRpTrriwHnSe3JonlQOgmVrK3gCcWBuhWwI/s1600-h/nubes_sol.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5264929811023885906" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 174px; CURSOR: hand; HEIGHT: 159px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjnmYIVpLGwubyrpS47dqO3IvgzD8eca4kYHoOe3oGk6-kyDpYP3h6keN2EW9UK9m4uJGA4VstUwzRH2_L_Fpr6fsm6entEpmAoGd76_bblzRpTrriwHnSe3JonlQOgmVrK3gCcWBuhWwI/s320/nubes_sol.jpg" border="0" /></a>Desde hace unos meses he adquirido una clarividencia que me tiene muy sorprendida.<br /><br />De un tiempo hacia acá, me he dado cuenta de que puedo "ver" dónde comienzan y dónde acaban las fases por las que va discurriendo, a veces pausada y otras aceleradamente, mi vivir. Y, antes, no era así.<br /><br />Y, antes de acabar poniéndome muy filosófica, les contaré más concretamente -queridos lectores- el último episodio de mi vida.<br /><br />Hace aproximadamente tres semanas tuve que hacer un viaje de trabajo y me acompañaron un par de compañeros en el proyecto en cuestión. Pues bien, por algún motivo o, para ser más exacta, por una sucesión de motivos (cansancio, tensión, convivencia y...), mi estado de ánimo acumuló un incómodo cóctel de sentimientos: me encontraba abatida, fuera de juego.<br /><br />Tras el viaje, la tendencia se instaló, como una nube pesada cargada de lluvia, pero que no termina de descargarse.<br /><br />Y ese clima plomizo se extendió rápidamente a otros ámbitos: familia, hijos, compañeros... Nada grave, no se preocupen, pero muy incómodo. Porque se trata de un "bochorno" pegajoso, que atosiga y del que no puedo zafarme.<br /><br />Al punto, amanece un día y la nube ha desaparecido, el aire se aligera, corre la brisa y clarea el cielo.<br /><br />Y me encuentro a mí misma tratando de entender cuál fue el origen de todo... Y no la encuentro. No sé rellenar los puntos suspensivos que enseguida aparecen cuando trato de enumerar las causas de estos periodos. Pero sí soy capaz de detectar cuándo comienzan y cuándo acaban.<br /><br />Son "bajadas de defensas emocionales" que, tan misteriosamente como llegan, se van.<br /><br />Para quienes vivimos muy pendientes de los por qués, para las almas racionales que habitamos este mundo, es enormemente frustrante sentirse fuera de juego. Créanme.<br /><br />Y sólo me consuela saber que, antes o después, vuelvo de nuevo a la primera linea de batalla.Isabelhttp://www.blogger.com/profile/06117834958050926783noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-5313586525259798091.post-52489503715468414192008-10-28T22:25:00.006+01:002008-10-29T23:30:29.012+01:00Infancia<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh8SGTtGO1U0RzNugFtEmovXov0kr2h-TqUknAUWovnc1qtFol281BBntpJM7d1zv16aFjNDu_Vrzc1pIzF7P3wwL4setSRpOuP69b9R1ZuAyDpKJ3rBDqkzQ4C8405mVEj4N3fcbXJW8c/s1600-h/ni%C3%B1os+jugando.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5262325487780857106" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 137px; CURSOR: hand; HEIGHT: 106px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh8SGTtGO1U0RzNugFtEmovXov0kr2h-TqUknAUWovnc1qtFol281BBntpJM7d1zv16aFjNDu_Vrzc1pIzF7P3wwL4setSRpOuP69b9R1ZuAyDpKJ3rBDqkzQ4C8405mVEj4N3fcbXJW8c/s320/ni%C3%B1os+jugando.jpg" border="0" /></a>Esta mañana, mientras caía una lluvia persistente y gris sobre Madrid, hacía zapping en la radio del coche. En una de sus paradas, mi radio me rescató de mis pensamientos para devolverme un diálogo entre un locutor chispeante y una silenciosa oyente.<br /><br />El locutor narraba los recuerdos de mañanas de lluvia yendo a la escuela, de calcetines empapados dentro de zapatos de colegial de gruesas suelas de goma; de pantalones cortos y de saltos en los charcos... Y finalizaba evocando con cierta nostalgia las alegrías intensas y cotidianas de la niñez.<br /><br />El dial ha seguido saltando de cadena en cadena, pero en mi cabeza ya había creado felices imágenes de esa misma calle, que yo ahora pacientemente recorría dentro de mi coche, y en las que niños y niñas, yo misma, trotaban despreocupados, pisando charcos y riendo de... quién sabe qué.<br /><br />Y el recuerdo inventando me ha dibujado una sonrisa en el rostro, una sonrisa de niña, sin nostalgia, auténtica; la sonrisa de la niña que yo fui y que se parecía a la sonrisa intensa, rotunda de mi hija pequeña.<br /><br />En realidad, aquellos niños que corríamos sin peligro calle a través, sin miedo a los coches -que eran pocos... y también infantiles- nos sentíamos libres y felices. Fijándome bien en los rostros de los alegres muchachos, reconocí a mis hijos. Yo era ellos, ellos eran yo.<br /><br />Ha sido un recuerdo inventado muy breve. Lo justo para caer en la cuenta de que se me olvida a veces que la infancia es la época de nuestra vida en la que debemos ser niños; en la que nuestras preocupaciones deben ser cumplir con nuestras obligaciones de hijos, de escolares; en la que cada día se escribe en papel de doble raya y con lápiz y goma milán; la época de rodillas magulladas, de coderas en el jersey y de carreras para todo; la época de pasillos con olor a colegio y de recreos llenos de arena.<br /><br />Y me he dado cuenta de que nada tiene que ver la infancia con tener todo lo que se desea; con salir todos los sábados a comer fuera; con coleccionar películas, juguetes, consolas...<br /><br />¿Cuántas cosas podrán descubrir con sorpresa los niños, si les saciamos hasta hartarse de todo?<br /><br />No quiero olvidar esas imágenes limpias y ligeras, para regalarle a mis hijos una infancia sin lastres. Los lastres ocupan mucho espacio y pesan demasiado: no les dejarían correr, volar.Isabelhttp://www.blogger.com/profile/06117834958050926783noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-5313586525259798091.post-68261615920491885902008-10-18T22:14:00.010+02:002008-10-18T22:46:40.611+02:00Sin límites<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhFAkrZZS2zcEK0p_dCKrh3e4_tex7Y6B2zD5b4jrg26lylotXZAlKG_96UFJdgaZ8exTgXEx5fllfg-kT8L5UFSvgoZ4WKdC7aAJAJAfhZMcRD2nzUkVKXW60HRG_sSqQvkX8CPAE7eJg/s1600-h/ironman_04_600.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5258593998314796354" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 288px; CURSOR: hand; HEIGHT: 84px" height="91" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhFAkrZZS2zcEK0p_dCKrh3e4_tex7Y6B2zD5b4jrg26lylotXZAlKG_96UFJdgaZ8exTgXEx5fllfg-kT8L5UFSvgoZ4WKdC7aAJAJAfhZMcRD2nzUkVKXW60HRG_sSqQvkX8CPAE7eJg/s320/ironman_04_600.jpg" width="320" border="0" /></a>Esta noche, mientras escuchaba el silencio que dejan los niños cuando pasan el fin de semana con su padre, me he puesto a pensar. Supongo que no tener a los niños en casa, me permite cosas así: pensar, tener tiempo para mí.<br /><br />Y he terminado recordando la historia de un padre y un hijo, una historia que me llegó un buen día al correo electrónico y que me sigue emocionando cada vez que la visito.<br /><br />De esa historia se hizo un video y esta noche, rebuscando en YouTube, he encontrado una versión del mismo que incluye una entrevista previa a sus protagonistas.<br /><br />En esta entrevista, he descubierto un matiz importante de la historia, que hasta hoy era para mí la historia de un hombre aferrado a sus valores. Un matiz que tiene que ver con la capacidad de empatizar con los demás, de sentirse cercano a las demás personas; algo muy relacionado con la humildad de saberse uno más y, no por ello, renunciar a hacer de la propia vida una contribución a los demás...<br /><br />En fin, no quiero contarles esta noche nada. Sólo dejar en mi blog este video porque necesito que esté aquí, no olvidarlo, tenerlo muy presente. Y quizá, además, a alguno de mis queridos lectores le pueda dar algo.<br /><br /><a href="http://www.youtube.com/watch?v=zbXwlgjZ1oY">http://www.youtube.com/watch?v=zbXwlgjZ1oY</a><br /><br />.Isabelhttp://www.blogger.com/profile/06117834958050926783noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-5313586525259798091.post-17898547867498318232008-10-17T22:50:00.003+02:002008-10-17T23:12:00.258+02:00Las tres edades<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgYYCcVr5PzMdw6Gz4joRCgGUhMCUg83MHAAr2_W5YFM-6Klfx0uyNzj6-lkptLEUBpVqDwTrHyDjE78LKmMVFdGjt2CTmLIeiIzpGBT09Hpn-Hf_C9PZtdN9qD3zvdW-2kTnDIL8guRw4/s1600-h/tresedadesklimt.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5258229131934487122" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; CURSOR: hand" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgYYCcVr5PzMdw6Gz4joRCgGUhMCUg83MHAAr2_W5YFM-6Klfx0uyNzj6-lkptLEUBpVqDwTrHyDjE78LKmMVFdGjt2CTmLIeiIzpGBT09Hpn-Hf_C9PZtdN9qD3zvdW-2kTnDIL8guRw4/s320/tresedadesklimt.jpg" border="0" /></a><br /><div></div><br /><p>El otro día compré el cuadro que ilustra este post. La obra, firmada por Gustav Klimt, se titula "Las tres edades". Yo compré una impresión en lienzo del original, claro. Pero supongo la aclaración innecesaria, ya se habrán figurado ustedes que una no es la Baronesa.</p><p>He colgado el cuadro en mi dormitorio y cada vez estoy más contenta de haber escuchado a mi impulso. </p><p>Cuando entro en mi habitación, me quedo observando el rostro de la mujer. Blanco, delicado, sereno, descansando suavemente sobre y junto a su hijo. Y él me parece tibio, dulce, blando, tierno. </p><p>La obra de Klimt ha traido paz y equilibrio a mi dormitorio. Lo ha llenado de emociones humanas, de tibieza, de serenidad, de calidez. </p><p>Me doy cuenta de que el cuadro me gusta porque refleja mis valores: en la unión perfecta entre la madre y el hijo puedo encontrar el vínculo que más me fascina: la familia; en el sueño pacífico de ambos descubro la bondad, el equilibrio y la verdad, la transparencia de la coherencia entre lo que creo y defiendo y lo que hago; en los cuerpos unidos, en la mano del niño que descansa sobre el pecho de su madre, puedo ver la confianza, la necesidad de estar para el otro.</p><p>Realmente estoy enamorada del cuadro. El título de la obra, "Las tres edades", seguro que está dedicado a mí. Mi primera edad está asociada a la dependencia física y emocional con mis padres; mi segunda edad es la que comprende mi relación con mi exmarido; ahora he entrado en la tercera edad. </p><p>Soy esa tercera edad en la que estoy descubriendo a la verdadera Isabel. Y me doy cuenta de que me he caido y me he levantado muchas veces. Y me doy cuenta de que estoy aprendiendo a levantarme. Y me doy cuenta de que puedo resolver mis problemas. Y me doy cuenta de que puedo llegar muy lejos porque el éxito depende de mí. Y me doy cuenta de que soy el activo más importante de mi vida. </p><p>Y me doy cuenta de que necesito afecto a mi alrededor, necesito bondad, necesito equilibrio, necesito coherencia, necesito salir de mi Yo para llegar al Otro.</p><p></p>Isabelhttp://www.blogger.com/profile/06117834958050926783noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-5313586525259798091.post-68522267448108964662008-10-09T21:50:00.008+02:002008-10-09T22:46:45.780+02:00¡Viva el interiorismo!<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhQeczuxmjSD6zg8C9vxDoZYjJ4eVaA6bQiXvSYIHv1o6Kb1LN42A10TPQIGO2uWB9RHUqIWS8dOU4wAQEWuYXYkqFnMz9TzZOt9i-90u9BsbeTCE9JXkxTvgSJjz2SnsrAQjI3s1qzCuU/s1600-h/ventanaflores.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5255253533229876402" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 184px; CURSOR: hand; HEIGHT: 242px" height="220" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhQeczuxmjSD6zg8C9vxDoZYjJ4eVaA6bQiXvSYIHv1o6Kb1LN42A10TPQIGO2uWB9RHUqIWS8dOU4wAQEWuYXYkqFnMz9TzZOt9i-90u9BsbeTCE9JXkxTvgSJjz2SnsrAQjI3s1qzCuU/s320/ventanaflores.jpg" width="158" border="0" /></a>Sigo dándole vueltas al por qué de esas rutinas tóxicas, que nos envenenan, que sabemos que nos envenenan y que... seguimos practicando.<br /><br />Estoy investigando desde otros campos, desde otros puntos de vista sobre la realidad y estoy llegando a un tema que me está interesando mucho. La teoría que me está convenciendo de que podemos cambiar, incluso aquellos hábitos bien interiorizados en nuestra vida, tiene que ver con la forma en la que diseñamos nuestra propia estrategia acerca de lo que es para nosotros la realidad.<br /><br />Voy a intentar entenderla con ayuda de mis lectores. Imaginemos que usted quiere dejar de fumar, comer menos, hacer más deporte, tener mejores resultados en su trabajo... Quizá lo haya intentado unas cuantas veces... sin éxito. "¿Por qué", se preguntará, "si estoy plenamente convencido de que si no fumo (adelgazo, entreno, soy más productivo...) seré más feliz?".<br /><br />Bien, pues porque estamos hablando, no sólo de acciones, sino de creencias. Es decir, de todos los "no puedo", "soy/no soy", "debo"... Y las creencias suelen estar tan fuertemente arraigadas en nuestro interior que se convierten para nosotros en la realidad. Es decir, al final, no creemos en lo que vemos... sino que "vemos" sólo lo que creemos.<br /><br />Es tremendamente curioso.<br /><br />Y lo cierto es que aprendiendo y descubriendo cómo fue que una determinada creencia limitadora se instaló en nuestro "hardware", seremos capaces de "desinstalarla" y recuperar el sistema que más nos convenga a nuestros intereses. En libertad y en consciencia.<br /><br />¿No es maravilloso?<br /><br />Yo sigo investigando.<br /><br />Tengo el interior luminoso, reformado y en plena ebullición.<br /><br />¡Viva el interiorismo!Isabelhttp://www.blogger.com/profile/06117834958050926783noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-5313586525259798091.post-29776711959587969622008-10-05T00:09:00.006+02:002008-10-05T00:34:52.592+02:00Soltar lastre<div><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhwZLDQyMoJD5bY92jOHP85juronXzk5JKYcasYHPVYl_NyPloQ05ZbZICwxCFGssCM15IDV33hfHCpZttH95AK1lgn70cktPE2ZQiPQaI8q2SP9Uo4xL_nkmYkF5YUPVVk3u-UTTM_a68/s1600-h/globo.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5253429981551662178" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 148px; CURSOR: hand; HEIGHT: 108px" height="79" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhwZLDQyMoJD5bY92jOHP85juronXzk5JKYcasYHPVYl_NyPloQ05ZbZICwxCFGssCM15IDV33hfHCpZttH95AK1lgn70cktPE2ZQiPQaI8q2SP9Uo4xL_nkmYkF5YUPVVk3u-UTTM_a68/s320/globo.jpg" width="119" border="0" /></a>Hay una cuestión que me resulta tremendamente interesante. Seguro que les resultará familiar este asunto del que voy a reflexionar. Me ocurre a menudo que tengo un convencimiento profundo sobre la necesidad de cambiar tal o cual hábito, sobre la importancia de incorporar a mi vida determinada actitud o rutina o acción, algo que sé de forma fehaciente que me hará bien. Por lo tanto, quiero y deseo realizar dicho cambio porque estoy convencida totalmente de que será para mi bien.</div><br /><div>Y, sin embargo... No puedo. La inercia es tan poderosa que no soy capaz de reunir las fuerzas necesarias para poner en práctica algo que sé que es bueno para mí. </div><br /><div>Esta resistencia, tan inherente al común de los mortales, es una cuestión, como les decía al comienzo de este post, un asunto interesantísimo.</div><br /><div>He escuchado muchas teorías acerca de ella que no me extraña que tenga una naturaleza tan compleja y que sea una característica tan corriente de la mayoría de nosotros.</div><br /><div>Hasta aquí las "malas noticias". </div><br /><div>Pero, atención, que hay luz al final del túnel: seguro que si usted, amable lector, echa la vista atrás es capaz de identificar una situación en su pasado en la que fue capaz de "romper" con la resistencia e incorporar un cambio en su vida que le hizo llegar a un estado mejor para usted. ¿Cierto? Luego, ¡se puede!</div><br /><div>Y eso no es todo: una vez conseguido el paso adelante, ¡la sensación de poder es inmensa!</div><br /><div>Les confesaré que en este mi interior luminoso y reformado ocurren a diario cosas, a pesar de que no soy capaz de sacar el tiempo suficiente para narrarlas aquí todas. Y, de todas las cosas que suceden en este rincón, muchas de ellas son rupturas maravillosas con situaciones indeseadas.</div><br /><div>La medicina, ya lo he comentado, es amarga a veces pero, una vez "sanada" de mis lastres, e incluso ya cuando empiezo a experimentar menos dolor, me siento ENORME, feliz, encantada con la vida. </div><br /><div>Yo les puedo transcribir, y así lo intento, las indicaciones del prospecto, pero sólo ustedes deben y pueden sacar la cápsula de la caja.</div><br /><div>Mucha fuerza, mucho ánimo, mucha energía. Les deseo una pronta mejoría.</div><br /><div>No dejen de visitar este Interior para contarme.</div><br /><div></div>Isabelhttp://www.blogger.com/profile/06117834958050926783noreply@blogger.com1