lunes, 29 de septiembre de 2008

La valentía que no se ve

Un abrazo enorme a todas las madres y a todos los padres. Un abrazo lleno de ánimo, de paz, de admiración.Un abrazo lleno de vitalidad, de energía.
Un abrazo para pediros tiempo para vuestros hijos.
Y si ese tiempo es corto, que sea tiempo intenso.
Y que la intensidad no sea HACER, sino ESTAR.
Y que ese estar lo sea con el cuerpo, con el corazón y con la razón.
Un abrazo para que tengáis siempre presente que no hay NADA más importante que vuestros hijos.
Un abrazo para que, si hay algo urgente e ineludible, que lo hagáis sin sufrir por ello.
Un abrazo porque educar para ser bueno cuando uno se sabe miserable a veces es doloroso.
Un abrazo porque NO EXISTEN LOS PADRES PERFECTOS.
Un abrazo porque si vuestros hijos están detrás de cada decisión y cada motivo y esa razón es su educación, os equivocaréis poco, y vuestras equivocaciones serán también parte de su educación.
Un abrazo porque, en fin, ser padre o madre hoy es cosa de valientes.
Un abrazo por cada sacrificio entregado a ellos en silencio, con alegría, libremente.
Un abrazo a todos vosotros.
Dedicado a un recién estrenado abuelo que será el mejor regalo para su nieta. Un abuelo que un día me dió un consejo sencillo pero poderoso para educar con cordura: "AMOR, HUMOR Y SOSIEGO".

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