jueves, 9 de octubre de 2008

¡Viva el interiorismo!

Sigo dándole vueltas al por qué de esas rutinas tóxicas, que nos envenenan, que sabemos que nos envenenan y que... seguimos practicando.

Estoy investigando desde otros campos, desde otros puntos de vista sobre la realidad y estoy llegando a un tema que me está interesando mucho. La teoría que me está convenciendo de que podemos cambiar, incluso aquellos hábitos bien interiorizados en nuestra vida, tiene que ver con la forma en la que diseñamos nuestra propia estrategia acerca de lo que es para nosotros la realidad.

Voy a intentar entenderla con ayuda de mis lectores. Imaginemos que usted quiere dejar de fumar, comer menos, hacer más deporte, tener mejores resultados en su trabajo... Quizá lo haya intentado unas cuantas veces... sin éxito. "¿Por qué", se preguntará, "si estoy plenamente convencido de que si no fumo (adelgazo, entreno, soy más productivo...) seré más feliz?".

Bien, pues porque estamos hablando, no sólo de acciones, sino de creencias. Es decir, de todos los "no puedo", "soy/no soy", "debo"... Y las creencias suelen estar tan fuertemente arraigadas en nuestro interior que se convierten para nosotros en la realidad. Es decir, al final, no creemos en lo que vemos... sino que "vemos" sólo lo que creemos.

Es tremendamente curioso.

Y lo cierto es que aprendiendo y descubriendo cómo fue que una determinada creencia limitadora se instaló en nuestro "hardware", seremos capaces de "desinstalarla" y recuperar el sistema que más nos convenga a nuestros intereses. En libertad y en consciencia.

¿No es maravilloso?

Yo sigo investigando.

Tengo el interior luminoso, reformado y en plena ebullición.

¡Viva el interiorismo!

2 comentarios:

Félix Eroles dijo...

Isabel,

en un momento de mi vida tuve que ser ayudado por una psicóloga. Visto con la distancia del tiempo, las lecciones que ella me dio fueron tan importantes que me ayudó en aquel momento y, ahora, ya sabes con el divorcio, denuncias falsas... si no fuera por lo que aprendí de ella no podría estar "tan cuerdo" como estoy ahora.

Me enseño que los sentimientos son pensamientos, me dio biografía, consejos, textos. En aquel momento lo cogí con escepticismo pero poco a poco fui aprendiendo que tenía razón:
"La base es cambiar el pensamiento. A pensamiento negativo, creencias y sentimientos negativos y la inversa, pensamientos positivos sentimientos positivos"

Desde entonces soy capaz de modificar mi realidad. Cuidado, que a veces cuesta, pero sino no veas como estarái de depre.

Sabes otra cosa? Al escribir mi blog vierto pensamientos, ridiculizo mi situación y, como consecuencia, modifico mis creencias y sentimientos.

Salut, Félix

Isabel dijo...

Desde que lo descubrí hace menos de un año, estoy cada vez más convencida de ello: me falta pensar. Para que mi vida fluya, tiene que haber habido un paso previo de pensamiento consciente sobre mis objetivos (mis "qué"), mis metas últimas (mis "para qué"), mi estrategia para llegar (mis "cómo").
Y ahora he empezado a escribir mucho: en este blog, en una libreta, en los márgenes de los libros que leo...
Yo estoy contigo: conociendo qué y cómo pensamos, somos mucho más dueños de lo que nos sucede, de lo que conseguimos.
Por eso creo que un blog es mucho más que un vehículo de comunicación con los demás; es un vehículo de contacto con mi Yo.
Y, como valor extra, puedo conocer a gente como tú: valiente, humana, muy coherente con sus valores, con sus principios. Y con unas ganas enormes de hacer las cosas bien que le están llevando a hacer las cosas bien donde muchos pincharíamos.
Un enorme abrazo,