lunes, 1 de diciembre de 2008

Luz!

Se me ocurre comenzar pidiendo disculpas a mis queridos lectores por esta ausencia repentina.

Regreso hoy a mi interior y lo primero que hago es abrir el balcón, dejar que la luz entre de nuevo a las estancias, que el aire corra de nuevo por las salas, por el pasillo, por la cocina, por todas las habitaciones de este refugio cada día más acogedor y confortable.

Pero, ¿saben?, en realidad, poder entrar y salir, poder cerrar mi interior por una temporada y volver a él cuando me apetece, es lo mejor que me podía pasar. Es la señal esperada: todo está en el camino de la normalidad más deliciosa y placentera.

Mis queridos lectores: ya está hecho. Me he congraciado con el mundo entero. Estoy viva, más viva que nunca.

Y, en este retorno voluntario a la tensión de la vida, ha prevalecido la acción a la reflexión y, como bien han observado ustedes, este interior confortable es un mundo de orden, de olores, de colores pacíficos y sosegados más proclive a la reflexión que a la pulsión mundana.

Así que decidí echar persianas, cubrir muebles, cerrar puertas y girar la llave para echarme a la calle y respirar y absorber el mundo, para mezclarme gozosamente con el gentío, para intercambiar conversaciones, charla y café. Para sonreir y para abrazar, para sentir y para descubrir. Para correr y para pasear, para hacer y deshacer, para ir, para volver, para entrar y salir, para probar y para atreverme.

Estoy felizmente llena de vida. Estoy vitalmente feliz.

Y, ahora, después de este viaje energético, regreso tranquilamente a mi interior para deleitarme con todo lo que soy, con todo lo que tengo, y quiero, con lo que me espera y lo que tendré.

Aquí estoy de nuevo para iniciar este segundo proceso: ahora la luz de mi interior no es sólo la que entra de la calle, mi interior también lo ilumino yo. Y es maravilloso.

3 comentarios:

Félix Eroles dijo...

Enhorabuena por el regreso tan vigoroso.

Tendremos que hacer un pequeño patio exterior para que no solo vivas en el interior. Es momento de obras y reformas.

A disfrutarlas !!!!!

Un beso, Félix

Isabel dijo...

Pues claro que sí! Un patio con un árbol para que me dé sombra en verano y plantas y flores para ver mucho color cuando me siente en él a leer o invite a buenos amigos a charlar alrededor de un vino y ricos platos.
Un patio con espacio para que los niños jueguen y se tumben en el suelo a soñar que son piratas, bailarinas o maestros de escuela.
Como único y fiel visitante de mi interior luminoso y reformado, quedas invitado a mi patio!
Un beso,

Marina Di Genaro dijo...

Hermoso... Tu texto transmite paz...